¿Sabías que existen ciertas señales que nos indican que debemos llevar al niño al logopeda? Así es, y uno de los momentos cruciales es observarlo cuando el niño comienza el cole. Durante los primeros meses podremos ver si se expresa y comunica correctamente o, al contrario, tiene dificultades.

Conocer cómo se va adquiriendo el lenguaje es fundamental para detectar anomalías. Sin embargo, siempre es fundamental el consejo de los docentes y del logopeda. Palabras como “ya hablará” o “es pequeño” sólo escoden el problema, sin solucionarlo.

Sin embargo, es bueno saber cómo va evolucionando el bebé hasta convertirse en niño:

  • A los 6 meses. Hasta este momento, los bebés lloran para demandar atención de la madre por diferentes motivos: dolor, hambre, sueño… Aprenderemos a identificarlos con el tiempo. Además, responde ya a su nombre, agradece las sonrisas y comienza a balbucear. Si a los 6 meses vemos que no atiende a ninguna de estas cosas, ¡ojo!
  • Hasta el primer año. Durante este tiempo, el niño ya comienza a identificar palabras sencillas, como “hola” o “adiós”. También dice algunas sílabas, como “ma” o “pa”, e incluso puede llamarnos. Atiende perfectamente a los juegos típicos como el de “cucú”. Una de las señales a tener en cuenta, es observar que sólo dice vocales y no interactúa con los juegos sencillos.
  • Hasta el año y medio. Es capaz de identificar las órdenes verbales que le lanzan los adultos. Además, ha conseguido ampliar su vocabulario y dice tres palabras con sentido, como por ejemplo “mamá”, “agua”, “no”. Si notas que no dice ninguna palabra, ni señala los objetos, o incluso ha perdido alguna habilidad, es el momento de acudir.
  • Del año y medio a los dos años. Es una etapa crucial en el niño. Comienza a elaborar frases muy cortas, señala las partes del cuerpo y sigue aumentando su vocabulario con palabras simples. Si no sigue instrucciones fáciles, no habla apenas o no señala, acude.
  • De dos a tres años. Las instrucciones verbales que sigue son más complejas, ya dice frases más largas y pregunta “por qué” en infinidad de ocasiones para calmar su curiosidad. Si no es así, hablamos de un posible problema.
  • De los tres a los cinco años. Cada vez emplea frases más complejas, es capaz de expresar experiencias y socializa con los niños de su edad sin problemas, comunicándose a su manera. Al observar que no sigue estos pasos, lo mejor es consultar.
  • De los cinco a los seis años. Utiliza frases complejas, sabe narrar relatos cortos y cuenta perfectamente sus experiencias. Si ves que no lo cumple, y además observas signos de que puede no entender lo que se le dice, pregunta al logopeda.

Ten en cuenta que un retraso en el lenguaje sin que se actúe a tiempo, acabará afectando a otros factores importantes, como la socialización y la comunicación con los demás. Es más, el niño se podría ver afectado en el ámbito emocional. Por estos motivos debemos acudir lo antes posible al logopeda.

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