¿Qué hacer cuando los mayores no quieren comer? Este es un problema más habitual de lo que pensamos. Del mismo modo que ocurre cuando un niño pequeño no quiere comer, vivimos esa situación con los ancianos. El principal problema es que los familiares podemos llegar a perder la paciencia, provocando una situación de estrés y nerviosismo

El paulatino envejecimiento de la población hace que prevalezcan enfermedades como el alzhéimer, párkinson o demencia, entre otras. Sin embargo, la falta de apetito y, por tanto, el hecho de evitar comer, puede perjudicar la calidad de vida de los mayores. En este sentido se puede llegar a la malnutrición y a la pérdida de masa muscular, algo perjudicial para este rango de edad. Pero además, una menor capacidad funcional, un empeoramiento de dichas enfermedades o una peor capacidad cognitiva.

Este problema se conoce como hiporexia, y afecta a más de 8 millones de personas solo en España. La doctora Rosa Burgos, del Hospital Vall d’Hebron en Barcelona, lo define como “disminución del apetito; así como la anorexia sería una falta absoluta de apetito, la hiporexia sería una disminución, de cualquier causa”.

No podemos olvidar que los mayores deben llevar una dieta con gran cantidad de nutrientes, por lo que se debe solucionar este problema. Eso sí, lo primero es conocer las posibles causas por lo que se da este problema. Entre ellas encontramos la alteración del gusto de los ancianos, y los sabores insípidos que perciben de la comida. Por otra parte, se gasta menos energía al tener una actividad física más baja. Si a esto le sumamos que se sacian antes, vamos entendiendo esas causas.

Sin embargo, otro de los hechos que provoca la hiporexia, es la falta de autonomía de los mayores, donde relegan a un segundo plano comprar, cocinar y comer. La mala dentadura o la falta de dientes es otro problema añadido, ya que alimentarse puede llegar a ser molesto, incómodo e incluso doloroso.

Lo más importante es que nos cercioremos de que su falta de apetito no viene por problemas a la hora de cocinar. Si así fuera, lo ideal es contar con una empresa de ayuda a domicilio que les proporcione un profesional que les cocine y vigile.

Otros consejos efectivos son, entre otros, que coman varias veces al día en pequeñas cantidades. Y a ser posible, nunca solos, sino en compañía, lo que le puede animar a comer algo más. También suele ser efectivo, el hecho de comer en una estancia donde no se haya cocinado ni haya un olor excesivo a comida, para evitar que se les quiten las ganas de comer.

También podemos idear un menú que cambie olores, texturas y sabores para hacerlo más apetecible. Del mismo modo, no poner la comida ni fría, ni demasiado caliente. No condimentar demasiado los alimentos.

Pero sin duda, uno de los factores que más influye, es la soledad de los mayores. El hecho de estar solos hace que su estado de ánimo decaiga y pierda el interés por las cosas y la comida. Ahora que ya sabes qué hacer cuando los mayores no quieren comer, solo queda ponerlo en práctica y tener paciencia con ellos, ya que muchas veces no son conscientes.

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